“A pesar de que no todo es color de rosa, como situaciones de lesiones que pasé, viví momentos geniales que nunca se me van a olvidar”

De practicar fútbol a jugar básquetbol, Camila Panetta nos adentró en una charla muy interesante en la que trató temas como su comienzo en el básquetbol, su paso por la Selección Uruguaya y los mejores momentos que ha podido vivir defendiendo la camiseta “Celeste”.

Desde muy temprana edad, más específicamente a los 7 años, comenzó esta aventura. “Mi comienzo en el básquetbol marcó el cambio en mi vida”, nos dijo con contundencia. Camila nos contaba que siempre fue deportista, es más, su primer deporte fue el fútbol y recién después pasó al básquetbol.

Sobre la calle Hermanos Gil 1151, fue donde inició su carrera.  “La mejor decisión que tuve fue comenzar en un club de barrio como es Capitol. Me sentí muy cómoda, no solo con mis compañeros y entrenadores, sino mismo con los padres”.

Cuando daba sus primeros pasos en el básquetbol -nos contaba- era pura diversión para ella, ya que tenía unas cuantas amigas que jugaban a su lado en Capitol. Al correr de los años fue adquiriendo más seriedad y compromiso a la hora de jugar, aunque también se complementaba con diversión, eso siempre estaba ahí y era fundamental.

Al consultarle sobre cuál es su rol dentro del equipo, nos dijo: “Soy una jugadora que reparte juego, que asiste, por lo menos ahora. De las pocas ventajas que tengo trato de aprovecharlas al máximo, ya que lo físico no es mi mejor ventaja”.

Una jugadora que sabe lo que es defender a la Selección Uruguaya, y no solo eso, sino que le tocó ser capitana de la misma. “Cada jugadora sueña con vestir la camiseta de su país, uno de los orgullos y logros más grandes que se pueden llegar a alcanzar ya sea en el básquetbol o en cualquier deporte. Para los uruguayos el representar a nuestro país es algo único e incomparable. Y al consultarle a Camila sobre qué sensación vive cuando le ha tocado jugar en la Selección, agregó: “Es algo tremendo, cada vez que va pasando el tiempo lo valoro más. Ese momento me encantaba, porque estaba haciendo algo que me apasionaba y jugando con la camiseta de Uruguay. Pero ahora me pongo a pensar y me digo: Representé a mi país, ¡qué loco es!.

Nos contaba, asombrada, que no dimensionaba lo que en ese momento estaba viviendo, el hecho de formar parte de la Selección y tener la chance de jugar. Y nos decía: “Viendo en la televisión cómo nos representan otros jugadores y decir: Yo he estado en ese lugar y vistiendo esa misma camiseta, la de Uruguay”.

Pero no todos eran momentos felices, ya que también están los otros que todos atravesamos, pero, pese a esto, siempre tuvo una actitud positiva ante las situaciones que le tocó enfrentar. “A pesar de que no todo es color de rosa, como situaciones de lesiones que pasé, viví momentos geniales que nunca se me van a olvidar. ¡Si será grande la ‘Celeste’, que, a pesar de todas las lesiones, me preocupaba más por otras cosas, como ayudar a mis compañeras”!

Dentro del básquetbol le tocó vivir insultos de padres, de jugadores, solo por el hecho de ser mujer. Entre sus anécdotas que más le marcaron destacó dos. Una sucedió en las Olimpiadas de la Juventud en Chile (3×3). “Tendríamos entre 15 y 16 años, éramos unas niñas. Me acuerdo perfectamente cómo después de un partido que le ganamos a Brasil, un grupo grande de niños y niñas que nos habían visto jugar nos pedían fotos y que les firmemos sus banderas y cuadernolas”.

“Otra pasó en un Sudamericano que fuimos a disputar con Uruguay, personas de otros países nos fueron a ver e hinchaban por nosotras. A tal punto que unas estaban sin remeras y formaban la palabra Uruguay entre ellos”.

Y, recordando entre tantos partidos disputados en la Selección Uruguaya quisimos saber, si tuviera que elegir el mejor, cuál sería. Su respuesta fue: “Peleábamos el 5° puesto con Perú, era un partido de ida y vuelta, pero que a lo último nos habían sacado una ventaja, pero al final lo pudimos empatar, y no solo eso, sino que lo dimos vuelta casi en la hora con dos libres míos”. Un gran triunfo que quedó en los recuerdos más lindos en su memoria. Y, no solo quedó la alegría en la cancha, sino que nos decía: “Después de terminar el partido fuimos al vestuario a festejar con mis compañeras, los padres que estaban ahí y el cuerpo técnico, ¡fue genial!”

Para cerrar, le preguntamos si tenía algún proyecto en mente para más adelante y nos dijo: “Sinceramente proyectos como jugadora tengo a corto plazo, pero no muchos. Por ejemplo: mejorar mi condición basquetbolística y elevar las condiciones que yo tengo para que mis desventajas se opaquen lo mayormente posible”.Y, para cuando le toque “estar ya del otro lado del mostrador”: “Mis proyectos serían ser profesora de básquetbol y también algún oficio que esté relacionado con temas administrativos en el básquetbol femenino”.

Y todo esto lleva tiempo de preparación y ella lo sabe ya que nos decía: “De a poquito voy aprendiendo para poder lograr lo que realmente quiero, que es que el básquetbol femenino se eleve más allá de que esté jugando o no”.

Llegó el momento de #LasPreguntasdeAleras, un estilo de Ping Pong reducido.

  • ¿Cumbia o Rock?

           Cumbia, aunque me encanta el Rock.

  • ¿Una jugadora que admiras en el básquetbol?

           Camila Kirschenbaum.

  • ¿Una canción que te gusta?

            “La Misma Alineación” de ‘El Alemán’, el ‘Zurdo’ Bessio y Emiliano Muñoz.

  • Si tuvieras un superpoder, ¿cuál sería?

            No envejecer, ser siempre joven.

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