Ayer por la noche en el partido entre Aguada y Yale por la LFB, tuvimos en nuestro país una visita especial del mundo del básquetbol femenino, Florencia Chagas.
Con ella charlamos sobre la vida de una profesional de élite, su familia y la WNBA entre otros temas, y, como no podía ser de otra manera, la charla tuvo lugar en las tribunas de una cancha de básquet, más precisamente en las gradas del Club Atlético Aguada.
LAS PRESIONES DEL BÁSQUET
Florencia juega en Italia desde los 16 años, irse de la casa de manera tan temprana en cuanto a edad no es ni fue fácil “Yo estoy desde los 16 años afuera, y creo que los primeros años fueron los más difíciles en el sentido de distancia. Ahora ya me acostumbre a lo que es la ciudad, las costumbres y me independicé, pero en el sentido de vivir sola.
Obviamente siempre se extraña a la familia pero no sufro vivir sola, ya tengo un poco mi rutina y estoy casi siempre ocupada. Porque entrenamos doble turno, viajamos, jugamos, entonces te pasa el tiempo.
Pero siempre se extraña a la familia, principalmente a “Luchi” que es mi mejor amiga, pero gracias a Dios, al estar en el mismo continente tenemos la misma hora, cuando ella estaba acá eran 5 horas y ahí ya era más difícil contactarnos”.
El básquetbol dejó de ser un simple deporte para pasar a ser su trabajo y forma de vida “Ya cuando empezó a ser un trabajo para mi obviamente no lo disfrutas como cuando sos amateur. Al ser tu trabajo tienes otras responsabilidades, otras presiones.
Cada año que pasa las presiones son mayores, como entrar en el draft, ser una pieza importante en los equipos que jugás, y cada vez empieza a ser más complicado.
Son desafíos que hay que cumplir y vas creciendo paso a paso, lo que es el entrenamiento, el descanso y la alimentación son piezas claves. Yo tengo un coaching, una nutricionista que me acompaña que es fundamental, y entrenadores que tengo varios, cada uno me ayuda en su rol, el físico, el técnico, todo”.

Aunque no todos los jugadores llegan a vivir del básquetbol, intentarlo si es una opción y Florencia lo tuvo claro desde chica “En mi caso quise empezar a vivir del básquet cuando empecé con la selección.
Yo empecé con la selección a los 12, ellos me enseñaron todos los valores y cómo es ser una jugadora profesional. Tenés que ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha, o sea, en tu manera de alimentarte, de entrenar y de descansar.
Creo que son 3 puntos claves los cuales te ayudan en tu rendimiento aparte de amar y vivir del básquetbol que yo lo siento literalmente en las venas. Lo comparto así con mi familia, que lo vivimos de igual manera, desde mi papá que es un loco fanático, mi hermana, mi pareja, así que es algo que está incluido en mi día a día, disfrutarlo, muchos momentos se tratan del básquet”.
UN PADRE BASQUETBOLERO
Oscar, su padre, es un ex jugador de básquetbol, nacido en Uruguay, «el charrúa» como lo apodaron en el vecino país, jugó en varios equipos, entre ellos, Los Indios de Moreno, club en el que «nació» y en el que nacieron deportivamente hablando Florencia y Luciana.
«Vive el básquet más que nadie en el mundo, creo que es la persona más basquetbolera que conozco y conocí. Cuando éramos chicas con mi hermana íbamos siempre a verlo jugar, es algo que fue fundamental para mi y bueno, yo empecé a jugar donde él jugaba.
Cuando yo jugaba en Argentina, antes de que me vaya, él no faltó ni a un entrenamiento ni a un partido, ni a nada, estuvo siempre. Mismo ahora, él te dice “yo prefiero ver una hora de entrenamiento que ir a cualquier parte del mundo”. El disfruta de verdad eso».
LUCHI Y LAS SELECCIONES
Luciana, su hermana, llegó a Europa en el 2021, más precisamente al Miralvalle, pero el año pasado tuvo su segundo pasaje en el viejo continente, esta vez llegó al Alba Berlín, equipo con el que logró un histórico ascenso a la Bundes Liga 1. Histórico por ser la primer uruguaya (y argentina) en lograrlo.
Pero haber estado en Alemania no significó que pudieran compartir demasiados momentos juntas, «Ya es mucho mejor que esté en Europa por la cercanía y por el nivel, pero no es que pudimos compartir muchísimo. Yo tuve la oportunidad de ir a verla 3 días y fue increíble ver la nueva experiencia que estaba viviendo.
Ella había estado en España pero no había sido tan positiva la experiencia, y esta vez entró en un club, con personas y un equipo totalmente diferente, que se llevó un montón de cosas.
Yo creo que ella ahora es una persona y una jugadora diferente, ella misma se da cuenta y a mi me da mucha felicidad por ella porque se merece todo eso y mucho más así que pasos grandes que está dando para crecer como persona y jugadora y eso está buenísimo.
Además, por su doble nacionalidad natural, ambas tuvieron posibilidad de elección al elegir la camiseta a defender. Florencia, por su crianza en el país y por jugar siempre allí defiende la camiseta de Argentina, mientras que Luciana se definió por la uruguaya.

«Yo se que ella eligió esta selección por cómo la hicieron sentir, yo se que acá la gente en Uruguay tiene unos valores tremendos, la verdad que yo me siento súper cómoda, me encanta el país, me encanta la gente.
A mi me agarraron en la selección Argentina desde chica, me enseñaron mucho, yo la siento un montón a la camiseta, y para mi es un sueño poder jugar contra mi hermana. Con más, pero en contra sería una locura, también para mi familia.
Este año estaba el Sudamericano de mayores en Argentina pero yo no participo porque me voy a Nueva Zelanda pero hubiera sido una oportunidad, pero ya va llegar el momento de cruzarnos y lo vamos a disfrutar un montón».
LA WNBA

A mediados de abril del 2021, Florencia Chagas fue elegida en el puesto 31 del DRAFT de la WNBA por Indiana Fever, algo realmente inesperado. Primero porque recién tenía 19 años, segundo porque se anotó horas antes del evento por la insistencia de tres equipos, y por último, porque es/fue la primer argentina en conseguirlo. Algo realmente histórico.
«Eso fue una locura, la verdad que fue inesperado, para la edad que tenía y para como fue todo, se dio de una manera muy loca y lo intenté disfrutar mucho.
Al principio no caía, creo que me costó mucho entender a lo que había llegado, pero igual creo que hasta que no vaya no lo voy a entender tampoco. Sigue siendo algo increíble y la verdad la Argentina me apoyó un montón, las redes, las chicas, todo.
En casos como el de Florencia, la prensa también es fundamental, aunque a veces puede ser agotador.
«No lo sufro, puede ser si que sea una presión pero no es que lo padezco ni nada, todo lo contrario, intento que eso me sirva para demostrar que no es un tabú, que no es algo imposible sino que con constancia, disciplina y entrenando se puede llegar, no es fácil eh, porque de verdad es una liga para ellas y yo por eso todavía no fui a jugar.
Yo tengo tiempo hasta los 23 (el mes que viene cumple 21) y quiero ir de verdad en mi mejor momento, no quiero perder mi oportunidad, y yo quiero ir y quedarme, entonces quiero estar de verdad lista y quiero esperar a sentirlo así. Para jugar la mejor liga hay que estar de verdad en los mejores momentos, así que bueno, con paciencia y esperar al mejor momento.
Yo se que me están siguiendo, me van aconsejando de que es lo mejor que puedo hacer, ahora voy a jugar en España y ellos siguen mucho la liga española entonces paso a paso, sin apuro que van a llegar todas las cosas».