Aprendiendo desde cero

Administrativa en una empresa estatal, de familia basquetbolera, y, aunque mira básquetbol desde chica, es la primera vez que juega e integra un plantel. Ella es Sabrina Tizzi.

De familia basquetbolera

Desdes chica, su papá la llevaba a ver a la selección y a Aguada, recuerda haber ido varias veces al antiguo Cilindro. Aunque en aquellos momentos era hincha de Aguada, hoy su corazón esta dividido entre Aguada y Montevideo, donde agrega «desde que mi hijo comenzó a jugar en Montevideo soy hincha de Montevideo».

Comenzó a entrenar en Montevideo en mediados del 2019 con un grupo de compañeras, intentado aprender. Este año, ellas se sumaron al plantel principial, cuenta que «Oficialmente no jugué todavía, a principios de este año surgió la posibilidad de sumarnos al plantel que va a competir oficialmente por primera vez para el club».

Aprendiendo desde cero

Como todo deporte, cuando uno comienza tiene que aprender todo, no solamente lo deportivo, sino también lo táctico y el reglamento. Recordando su primera practica cuenta «No llegaba a tocar el aro cuando tiraba, como un niño cuando recién empieza, aún queda mucho por aprender».

Sobre algún ejercicio en particular que sea complicado admite que «A mi edad no es tan fácil arrancar un deporte desde cero, sumado a que en el plantel la mayoría son chicas de 20 años», sobre eso agrega «la intensidad de las prácticas es lo que más cuesta, sumandole que combino el trabajo, la casa, la familia y el basquet».

En casa también se aprende

Su hijo llegó al club siendo Pre Mini y actualmente juega en la categoría Cadetes (u18) de Montevideo. Su esposo también fue jugador de Montevideo y dirigió las formativas del club.

Sabrina agrega «Con mi hijo aún no hemos jugado 1vs1 porque me gana seguro, pero ya jugaremos cuando yo agarre más ritmo. El me apoya mucho y me enseñan mucho ambos».

Cuenta que en su casa le enseñan un poco de todo, «Desde como tirar al aro hasta como posicionarme en la cancha», sin meterse en el trabajo del cuerpo técnico ellos la ayudan a seguir mejorando día a día.

Diferentes edades, mayores experiencias

En el plantel de Montevideo las chicas tiene edades muy variadas, en un rango entre 16 y 37, todas intentan aprender de todas para lograr un mejor grupo humano.

Sobre este tema nos admite que «El grupo que se formó es muy lindo, a pesar de estar juntas hace poco, es un grupo muy solidario, ellas me ayudan a aprender todos los días y yo intento aportarles desde la experiencia«.

Crecimiento, lento pero seguro

Nos cuenta que le gustaría que todos los planteles puedan contar con el presupuesto para contratar una jugadora extranjera, pero tiene claro que para eso falta apoyo.

Sobre esto agrega «Hace falta apoyo económico, sponsors, que los clubes se animen a dar el paso, y también la prensa. Por eso es muy valioso el trabajo que ustedes están haciendo con Aleras.»

Animarse es la clave

Le pedimos un mensaje para dejarle a las chicas o mujeres que aún no se animan a practicar el básquet.

«Les diría que se animen, que nunca es tarde para aprender. Es un deporte hermoso, que aparte te deja otras experiencias extra deportivas».

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