Paulina Rosa, jugadora de las formativas U14 del club Plaza Nueva Helvecia ubicado en el departamento de Colonia, nos concedió una extendida y valiosa charla.
En un principio enfocada en su inicio y proceso dentro del deporte, pero que posteriormente tomó rumbo hacia una impresionante reflexión sobre los valores que disfruta del básquetbol, valores que superan en gran medida aquello que se resume entre los dos aros de la cancha.
El comienzo
Con la intención de dar inicio me gustaría consultarte acerca de tu ingreso en el básquetbol ¿Cómo fue que empezaste a jugar? ¿Fue el primer deporte que probaste? ¿Qué fue lo que te llamó la atención para que ingresaras en él?
Cuando empecé a jugar era más porque en casa siempre me decían que hay que hacer un deporte por el tema de salud, y yo había dejado otro deporte que estaba haciendo. Entonces arranqué en el básquet porque algunas amigas mías iban y lo empecé pero en una cancha que ni siquiera tenía las medidas de las formativas, una cancha mucho más chica y solo para divertirse.
Pasé por un montón de deportes, patín, artes marciales, taekwondo, también intenté probar fútbol pero al final nunca fui y después me gustó más el básquet porque era algo que por ahí se me da mejor que el resto. Andaba ahí en todos los deportes pero en el básquet como que podía jugar un poco más.
En realidad nunca me llamó la atención el básquet en sí, era más por mis amigas, toda mi barrita iba, entonces empecé a ir porque iban ellas y empecé a hacer más amigas de ahí y llevarme bien con el profesor y todas esas cosas.
Entonces me empezó a gustar, pero llegó un momento que en cancha chica y con chicas que no le gustaba tanto el básquet como a mí, fui a otro club donde hicieron una cancha mejor, donde si jugaban, si había partidos, que aunque fueran amistosos eran partidos y me fue gustando más ¿No? jugar así.
El rol de la familia
¿Alguien te acompaña a tus partidos?
Siempre, siempre, siempre mis padres están en los partidos ¡siempre van! ¡Siempre están los dos, y eso es una cosa increíble! Si por alguna razón uno no puede estar, siempre se aseguran de que esté el otro por si me llego a lesionar o me llega a pasar algo. Y aparte de que ellos siempre están, mi familia, mis tíos y mis primos chicos, cuando pueden ir van.
Es increíble ver a mis tíos gritando ¡Pero ¿Qué cobras?! Cuando te das cuenta que no tienen ni idea de lo que está pasando. Pero siempre están ahí, todos siempre están ahí, siempre que pueden me van a ver. Y mis papás siempre están ahí, siempre conmigo.
«Cuando vos confías es mucho mas fácil»
Con respecto a tus aprendizajes, ¿Qué cosas sentís que te ha aportado el básquet desde que comenzaste a practicarlo? ¿Qué es lo que más disfrutas de él?
El básquet tiene eso que es el equipo, es un deporte que es muy colectivo y que como te lleves con tus compañeras es como te desarrollas en la cancha. Quieras o no, si vos te llevas mal con tus compañeras, no vas a tener como ese juego más fluido, va a ser todo más rígido, más incómodo, no vas a tener como esa confianza. Cuando vos las conoces a todas y confias en todas, es mucho más fácil.
Entonces, el básquet es, quieras o no, confiar en los demás, porque no podés jugar solo. Uno contra cinco no existe, no se puede, harás un punto o dos, más no, porque uno contra cinco no se puede. Es un equipo, que tenés que confiar en los demás, que ellos pueden confiar también, y no es siempre que uno solo. Y eso también como que queda, jugar en equipo, todo lo que es colectivo, lo que es compartir.
Yo con mi equipo, con lo que juego ahora con Plaza, yo me llevo re bien con todas, las quiero un montón a todas, y siempre que estoy con ellas estoy bien, es como mi segunda familia ¿Me explicó? Eso creo que es lo que más me ha dejado, es lo que más me ha aportado, saber que uno no está solo, que siempre tiene esa familia ahí.
Yo creo que lo que más me ha aportado es poder hacer más amigos, socializar, confiar más, el no ser uno egoísta ¿No? o sea, sí te fijas en los puntos personales y en los minutos, pero después de todo ¡haces todo para que tu equipo gane! y lo que más me ha dejado es eso, el ser parte de algo, aunque a veces el técnico te grita, o sentís que haces todo mal, pero después de todo, es como que sos parte de algo ¡Te sentís parte de algo!
Lo que más disfruto, que no nos ha pasado lastimosamente, pero lo que más disfruto es cuando ganas un partido apretado y sentís que jugaste bien, incluso cuando es un partido que ni siquiera fue apretado, que ganaron por 20, 30, pero sentís que jugaste bien, que hiciste todo lo que pudiste y te sentís satisfecha con cómo jugaste.
Eso ¡No hay mejor sensación que esa! Y aparte de disfrutar mucho esa parte, el ganar los partidos, el saber que tenés chance de ganar, es estar con las gurisas, ¿no? Ya te comenté, son como mi otra familia. Yo disfruto un montón con ellas, disfruto un montón los viajes que son, porque nosotros viajamos casi todos los findes, finde por medio, a Montevideo. No es como allá que viajan en la misma ciudad, por así decirlo. Nosotros viajamos, entonces el ómnibus, la ida, la vuelta, a veces que vamos al shopping, esos momentos así, yo los disfruto un montón.
Aparte que disfruto de jugar, ¿no? De poder jugar, de poder competir. Eso se disfruta un montón ¡Un montón! Aparte, todo lo que es con las chicas y todo eso, yo lo disfruto muchísimo. El poder mejorar y aprender y tener como esa segunda familia y saber que mis padres me apoyan y todo eso, yo creo que es lo que más disfruto del básquet.
Porque en sí, el básquet, quieras o no, es un juego, es un deporte. Y al final, el básquet, tenés que disfrutar el básquet y lo que te deja. Porque capaz que en un momento no lo podés jugar más por una lesión o porque te lastimas o por todo lo que te puede pasar. Pero yo ahora disfruto todo lo que tenga que ver con el básquet. Desde las prácticas, cuando practico bien. Desde los partidos, cuando nos salen las cosas bien.
Cuando perdemos, la verdad que no, la paso como el orto. Pero bueno, lo disfruto. Disfruto jugar en la U14, aunque en la U16 cuando me ponen algún que otro minuto, la paso de nervios. Pero disfruto un montón jugar con las gurisas y la paso re bien. La verdad que ¡No me arrepiento en ningún momento de haber entrado a Plaza!
«Me encantaría jugar en primera»
Y mirando hacia adelante ¿Tenés algún sueño apuntando hacia tu futuro que te gustaría alcanzar?
Si te digo la verdad, a mi ahora pensando dentro de poco, a mí me gustaría un montón ganar con la U-14. O sea, sé que es muy difícil, primero porque Malvín está allá arriba invicto y juegan muy bien, tienen un nivel muy muy muy organizado que juegan re bien. Tenemos poca chance, pero creo que podemos si seguimos mejorando, y me encantaría levantar la Copa U-14, por así decirlo. ¡Con Plaza!
Igual si no es ahora, me gustaría ganar algo con Plaza U-16, U-14. Incluso nos vamos a ir ahora fuera del país a jugar, que es un torneíto ahí, pero no importa ¡Ganar algo con ellas me encantaría!
Apuntando más a lo que es mucho más futuro dentro de años-años, me gustaría un montón mejorar, aprender un montón, y si en algún momento llego a jugar en primera, si llego a jugar y ganar algo en primera… La verdad, mi niña anterior sería re feliz, porque creo que desde que empecé a jugar y a competir, siempre cuando estoy con papá que veíamos los juegos de primera y todo eso, las canchas con todo ese sonido, toda la gente gritando, se convirtió como en un lugar seguro.
Es como que me encanta, me encanta y me encantaría jugar en primera, me encantaría que aunque me griten de todo, porque las cosas son como son, cuando uno juega en primera le gritan de todo pobre, y vos ves que están ahí las gurisas jugando nomás… o sea son grandecitas, pero ¡igual son gurisas! Tienen de 20 a 30 años y son gurisas y les gritan de todo. Pero igual a mí me gustaría jugar, a mí me gustaría seguir en un club y jugar en la primera de, qué sé yo, Aguada, Malvín y esas cosas y ya pedir mucho ¿no?
Pero jugar en primera ¡A mí me encantaría!
Hoy en día no es usual encontrarse con mentalidades como la de Paulina, la madurez que denota al hablar de todo lo que el básquetbol le aporta día a día, su énfasis en la confianza y disfrute de los vínculos positivos con la gente que la rodea, colocando como total protagonista a la felicidad y formación por delante de todo.
¿La competitividad y la presión? Existen, están presentes, son importantes, pero la diferencia de este deporte Paulina la expresó de manera muy clara, forma vínculos cercanos, aprendizajes, momentos especiales plasmados en el recuerdo y amistades sostenidas en valores reales y honestos.
Disfrute en aquello que no se suele ver de afuera, en los detalles, en aquello que sucede por fuera de los 40 minutos de partido, algo que incluso supera todo lo que pasa entre los dos aros. Sin dudas, lo que Paulina enseña es un ejemplo de lo que la etapa de formación de este deporte debe generar en todas las futuras jugadoras que quieren aprender, que quieren avanzar, que quieren alcanzar un sueño y que quieren disfrutar jugando.
La mejor forma de cerrar con todas las importantes declaraciones de Paulina, es aferrarse a una frase, sobresaliente y destacada, formulada por ella misma y que refleja quizás la definición más pura y sana de este deporte: “El básquet es confiar en los demás”.
¡La mayor de las fuerzas y los mejores deseos para Paulina y las etapas formativas del básquetbol femenino!
Sí, ella es una genia.