Sofía Tambasco: «Es un paso gigante»

Junto al debut de Tabaré en la LFB 2024 se dará también el debut de varias jugadoras, entre ellas el de Sofía Tambasco, con quien conversamos largo y tendido, desde sus inicios hasta el presente.


¿Cómo te involucraste en el básquetbol y cuál es tu historia con este deporte? ¿Qué te atrajo de jugar al básquetbol, especialmente considerando que eres del interior?

Al básquet empecé a jugar cuando tenía 5 años, una compañerita en la escuela que iba a practicar me insistía para que fuera con ella, hasta que un día acepté y  nunca más dejé.

Además, fue muy fácil mantenerme en el ambiente digamos, porque mi hermano (mayor) ya jugaba y mi papá de chico también, además de haber sido parte de la Liga de Rivera; es un deporte que siempre estuvo presente en la familia.

Lo que siempre me atrajo y lo sigo destacando es lo dinámico que es, y aunque allá la competencia departamental fuera muy poca, al formar parte de un plantel mixto, siempre tuve más acceso a las competencias regionales que surgían cada vez que los profes las organizaban, y ni que hablar de que me resultaba muy atractivo el desafío que significaba estar jugando con varones, entre tan pocas chiquilinas.

¿Cuáles son tus objetivos personales y colectivos para esta temporada, considerando tu debut?

Este año sin dudas va a ser uno de grandes cambios, principalmente por el debut, sabiendo que es un paso gigante que vamos a dar con la mayoría de mis compañeras, entendemos que es muy importante para nuestro presente y obvio para el futuro.

Personalmente pretendo absorber la mayor cantidad de información posible, partido a partido, además del día a día con mis compañeras, que es muy rico en cuanto a aprendizaje también. Creo que todo esto va a permitir desarrollarnos como jugadoras y en lo personal, ayudar a estar cada vez más cerca de ser mi mejor versión en la cancha. También tengo como un objetivo muy presente dar lo mejor de mí y poder devolverle al club, profes y entrenadores todo lo que me brindaron desde el primer día que llegué, y con toda la contención que creo que una jugadora del interior necesita una vez que da el salto de venirse a Montevideo para poder seguir desarrollándose.

Y colectivamente como te digo, la Liga es algo nuevo y muy distinto a lo que estamos acostumbradas como plantel, pero me alegra saber que el primer paso sea con jugadoras del club, que pueda mantener la esencia de lo que se viene desarrollando colectivamente desde hace años, con el sostén de todas las chicas y profes que venimos empujando para el mismo lado.

Sin dudas el objetivo principal es desarrollarnos, sacarle el mayor provecho posible semana a semana tanto a los entrenamientos como a los fines de semana de competencia, y aprender de esta nueva experiencia, con mayores dificultades, pero todavía más lindos desafíos, y sin dudas disfrutar del logro que significa para nosotras y para el club el poder dar este paso después de tanto trabajo por que se dé de la mejor manera posible.

Esperamos estar a la altura de la competencia y que este año se forme una base sólida que nos permita seguir creciendo a nosotras y a las que vienen después.

¿Cómo manejas la presión y las expectativas? ¿Cómo te mantienes motivada durante la temporada?

Es cierto que muchas veces, por un exceso de autoexigencia, y por la intención de devolver todo lo que hacen por mí, en agradecimiento y para seguir ganándome la confianza que me brindaron siempre desde el club, la frustración se pone difícil.

Además soy muy ansiosa y a veces me cuesta entender que los resultados que espero llevan tiempo y no se dan en cuestión de una semana, lo cual entiendo que para el deportista es muy recurrente, pero creo que es importante que en el proceso de hacernos fuertes para enfrentar estos problemas, alguien nos ayude para que lo que hacemos no resulte ser un compromiso más que una oportunidad; tengo la suerte de que en el club sean los profes y entrenadores quienes cumplen ese rol y siempre se aseguran de sacarme todo tipo de presión para que no me pierda de lo más lindo, que es disfrutar el proceso.  

Durante la temporada reconozco que no me cuesta mantener la motivación porque todos los días identifico algo en lo que quiero ser mejor y sé que la única forma de lograrlo es persistiendo e insistiendo, y hasta que no lo logro, no me quedo tranquila, hasta que llega algo nuevo; es como un ciclo que transcurre durante todo mi año. Como menciono anteriormente, en el medio hay períodos donde la frustración es un poco más fuerte, pero después de que pasa el peor momento y se enfría un poco la cabeza, lo mejor que puedo hacer es recordarme por qué hago esto, y cuan feliz me hace, para poder limpiar y seguir.

¿Cómo te has adaptado a la Montevideo y al entorno de Tabaré, comparado con el interior?

Sinceramente la adaptación a Montevideo no me costó. Desde el 2022 que viajaba solo los fines de semana para jugar los partidos me gustaba el ritmo de la ciudad y tener tantas cosas para hacer, que cuando el año pasado me vine a vivir fue un alivio. Si bien se hace difícil por la distancia con familia y amistades, la contención desde Tabaré facilitó mucho el proceso, desde el primer día me hicieron sentir como en casa, es mi segunda familia.

El interior es mucho más tranquilo pero en el día a día se siente mucho la falta de actividades y principalmente de competencia.

Luciana Franca y Sofía Tambasco, vistiendo la camiseta de la Selección Uruguaya.

¿Cómo fue la experiencia de jugar en la selección u17? ¿Cuáles son tus recuerdos más destacados de este viaje y torneo?

Solamente el hecho de integrar el grupo elegido para representar al país fue algo hermoso, sobre todo porque desde chica lo imaginaba y para mí era algo muy lejano, casi imposible, y haber sido parte es algo que todavía no termino de procesar. 

También es cierto que ver desde tan cerca lo que es la competencia internacional fue un golpe de realidad duro; principalmente desde lo mental, por lo frustrante que puede ser ver que no se están dando los resultados esperados y a la vez al ser un campeonato tan corto, tener que estar preparándote para el próximo partido que es al otro día.  

Destaco todos los momentos compartidos con mis compañeras que nos llevaron a crear un grupo humano hermoso, con lo que significa compartir todas las emociones que vivimos, pero principalmente me quedo con haber cumplido mi sueño de vestir la camiseta de Uruguay con el honor de que tuviera mi apellido atrás, y todas las herramientas que me dio el proceso para seguir creciendo. Nunca me voy a olvidar como me sentí la primera vez que entré a la cancha, encontrándome con algo completamente diferente a lo que conocía, y el sentimiento de orgullo de haber cantado el himno. 

¿Qué consejo le darías a otros jóvenes que están persiguiendo sus sueños en el básquetbol?

Personalmente, les aconsejaría que definan metas a corto plazo que los ayuden a mantener la motivación y no dejen que nadie más que ellos mismos defina cuáles son sus límites. De lo más lindo del deporte son todas las oportunidades que nos da, que con la determinación y voluntad necesaria todo es posible.


Finalizando con la entrevista inauguramos una nueva sección: El TRIPLAZO DE PREGUNTAS, y se lo dejamos a continuación.

¿Cuál es tu ritual de buena suerte antes de un partido importante?  

Antes de cualquier partido disfruto mucho de aprontarme escuchando música movida para aflojar la ansiedad previa lo máximo posible, y en el camino a la cancha no pueden faltar los auriculares.

Si pudieras ser famosa por algo que no esté relacionado con el básquetbol, ¿qué te gustaría que fuera?  

Estoy por empezar mi primer año de facultad, donde voy a cursar psicología así que creo que podría decir que me gustaría ser reconocida por haberle facilitado el acceso a la terapia y ayudado a la mayor cantidad de personas posibles.

¿Cuál es tu momento más gracioso o divertido en el vestuario antes de un partido? 

Antes de un partido no recuerdo nada, pero sí después. Cuando tenía 13 y jugaba con los varones, en un campeonato de selecciones departamentales, después de un partido en el que hice un par de tapas al que me tocaba defender, el resto de sus compañeros cuando me cruzaban por el club, se burlaban de él porque yo era “la niña que le había hecho el tapón”. En el momento me causó gracia porque también era satisfactorio ver lo que había pasado después de que me subestimaran.

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