Nació un 28 de diciembre de 1998, se crió en el barrio Punta Gorda junto a sus padres, luego llegarían María Paz y Gerónimo, sus hermanos. Jugó al hockey con selección incluida, hasta que, luego de una tragedia, opto por dejar. Conocemos en profundidad la historia de Josefina Rivera.
Hablar de Josefina es hablar de superación, de adolescencia complicada, pero también es hablar de líder, de jugadora que deja todo en la cancha y fuera de ella. Eso también lo demostró en esta entrevista.
No dudó en decir que sí cuando le planteamos la nota y fue quien se movió para conseguir un lugar adecuado dentro de Defensor Sporting donde poder charlar de forma tranquila, sincera y abiertamente durante casi dos horas.
La infancia y el hockey
Jose se crió en Punta Gorda, barrio donde pasó gran parte de su infancia. A pesar de lo que uno pudiera pensar, que nació con una pelota bajo el brazo, no fue así, al menos, no con una de básquetbol.
Se caracterizaba por ser estudiosa y responsable a pesar de su corta edad, a los 6 años comenzó a jugar al hockey en el Colegio Santa Rita, colegio en el que estudiaba, luego paso por el Carrasco Polo hasta que llegó el llamado de la Selección Nacional.
A pesar de ser una buena estudiante y mejor amiga, Josefina no tenía el mejor carácter dentro de la cancha “Cuando era chica tenía pila de problemas como de ira en los partidos, era super demandante a mis compañeras, siempre quería ganar, pero capaz que no era la manera. Teníamos clásico con el Colegio La Mennais, yo jugaba en el Colegio Santa Rita, que como estaban cerca era un clásico, yo me ponía como loca toda la semana, si alguna de mis compañeras hacía algo mal yo puteaba, cualquier cosa.
Esas cosas me fui dando cuenta con el tiempo que así no se maneja un equipo”, aunque su forma de hablar dentro de la cancha no era la mejor, siempre supo que “siempre me gustó mucho más el deporte en equipo que el deporte individual”.
Cuando, al tiempo del terrible suceso, tenía que viajar para jugar partidos internacionales, la burocracia para poder salir del país le cortó las posibilidades y la desmotivó para siempre, tanto, que terminó abandonado esa actividad deportiva.
Mate en mano y en una postura reflexiva, piensa unos segundos y dice “deje porque no podía ir a los partidos internacionales por tema de papeles para salir del país, me desmotive un montón porque me acuerdo que antes de sacar la lista oficial me habían avisado que yo había quedado para que pudiera acelerar las cosas, pero no dio el tiempo, me re desmotive y dejé de jugar”.
El básquet, un lugar donde ser
Cuando uno ve a Josefina dentro de una cancha de básquetbol, lo que menos piensa es que solamente tiene 5 años de experiencia en la disciplina. Haber sido reconocida como la mejor jugadora nacional de la temporada 2021 donde se consagro campeona junto a Defensor Sporting no es poca cosa, y lo reconoce.
Laura Arrieta, más conocida como “Lala”, es su madrina y fue ella quien, en una conversación le planteo ir a entrenar con “las vetes” (como ellas mismas se llaman). “Las vetes” son un grupo de jugadoras que participan en el torneo de Maxi Básquet y forman un equipo llamado Pioneras. (Si un día tienen la oportunidad, vayan a verlas, da gusto verlas jugar).
Las pioneras entrenaban en la cancha del Comando del Ejército, Jose cuenta que empezó a ir, y “cuando metía un doble sentía que mejoraba”. Y aunque lo que agrega no lo recuerda con total claridad, si recuerda como fueron sus primeros meses oficiales en Defensor Sporting.
“No recuerdo si ella se contactó con Santi Canto, o Santi con ella, llegué a Defensor re motivada, iba a jugar en equipo, con lo que eso me gustaba, pero el día que vine a practicar me encontré con un nivel que no me esperaba y la pasé horrible.
3 meses la pasé mal porque era un nivel muy alto, dirigía Marín (Rodrigo) y en el equipo estaban Daniela Tovagliari, Sofía Cruces, Silvina Páez, Camila Panetta, Lucía Schiavo, entre otras.
La pasé mal, pero porque no me salían las cosas, tampoco me gustaba porque me sentía que les bajaba el nivel a ellas entrenando, para mi estar en ese papel era horrible. Yo era grande ya (de edad), era un desastre, pero por suerte Marín vio algo en mi y me dio la confianza para mejorar. Aunque igualmente yo tenía disciplina cero”.
Rodrigo en ese momento estaba lanzando un proyecto, una academia deportiva, academia que se especializa en desarrollar jugadores de básquetbol y potenciar jugadores ya formados. “Como él estaba empezando con su academia yo tenía la posibilidad de entrenar doble horario para enfocarme en mejorar, entrenaba en la academia y después con el equipo”.
En Defensor el comienzo no fue fácil, pero si tuvieron una contención y una confianza que la hizo sentir con ganas de seguir aprendiendo. El primer año jugó en u18, y a pesar de estar pasada de edad, consiguieron la habilitación, pero, para eso, no podía integrar el plantel de primera división.
“Al año siguiente en primera no tenía minutos, no tenía el nivel, pero siempre buscaba seguir mejorando. Ese año se fue “Ro” y llegó Gino. Con él (Gino) empecé a ser titular, a tener más minutos y ta, así fue el recorrido hasta ahora.
Este año estoy buscando mejorar más el físico, entonces en la mañana en vez de entrenar técnica entreno la parte física, creo que es lo que da el salto de calidad”.
La tragedia
Hace exactamente 10 años (esta semana hizo fecha del terrible suceso) su madre, Cristina Gayoso, falleció a causa de femicidio, algo que, cambió su vida y la de sus hermanos para siempre.
“Mi madre fallece por violencia doméstica, mi padre sale totalmente del panorama por obvias razones. Yo tenía 13, Mapi 10 y Gero 4 años. Ahí fue un cambio radical, estábamos acostumbrados a vivir con nuestros padres, y eso nos cambió para siempre. Fue feo, triste y duro, pero, lo que yo siempre digo es que con mis hermanos siempre tuvimos pila de gente que nos quiere, y que nos ayudó.
Se nos hizo mucho más fácil el duelo, que fue muy difícil, pero tenía contención de mi familia, en el colegio, de mis amigas y contención profesional”.
Su tía (hermana de su madre) quien además tenía dos hijos, fue quien los recibió en su casa para seguir con su crianza. “Yo no siento que maduré de golpe, solo que empecé a estar mas sola, a arreglarme más por mí misma.
Desde tomarse un ómnibus por primera vez a tener una época mas desfachatada en la adolescencia, empecé a salir, pero creo que fue un poco temprano en la edad. Igual salía con mis primas, que eran mis amigas también entonces siempre estuve un poco cuidada de todas maneras”.
En el 2020, semanas antes de que se decretara que la pandemia había llegado a Uruguay, Josefina, junto a sus hermanos, tomaron la decisión de mudarse a una casa los tres, y comenzar un nuevo desafío luego de 8 años de vivir con su tía.
“Por suerte mi madre se encargó de que tengamos todo para vivir, ella nos dejó dinero para vivir, era una muy buena escribana y abogada, yo hoy tengo 23 años y no estoy trabajando. Y todavía puedo dedicarme a la formación y no a trabajar gracias a ella”.
Mapi y Gero
Cuenta que Mapi vive con el novio hace ya un año, hermana con la que, además, comparten equipo en Defensor, se llevan muy bien y siempre están en sintonía, adentro y afuera de la cancha.
Gero, por su parte, vive con ella y tiene apenas 14 años, “me costó mucho que se porte bien, se portaba re mal, no quería ir al colegio, el hizo mucha terapia, le hizo re bien. Es un niño re bueno, tiene sus cosas de adolescente, pero es re bueno. Yo aprendí a tener paciencia también, al principio no la tenía y sin ofender, pero, más un varón, era complicado. Y más un varón sin una figura paterna”.
Gerónimo jugó al básquet, y, aunque dice haberlo dejado, está tanteando la posibilidad de volver, ya que ahora se mudaron cerca de Unión Atlética, por lo que lo está reflexionando.
Jose agrega que es un chiquilín super responsable, “ahora comenzaron las clases y se preocupa de que este la ropa limpia, que no le falte nada, etc”.
Lala, su madrina
Hay mil y una formas de que una persona conozca a otra, pero la historia de “Lala” y sus padres tiene algo especial. Cuenta que, antes que ella naciera, su padre (nacido en Mercedes) estaba caminando por sus pagos cuando, de repente, sufrió un accidente.
La persona que, sin ninguna voluntad lo había atropellado, se bajó enseguida, le pregunto como estaba y lo traslado de urgencia al hospital, allí comenzó una historia de amistad. ¿Quién era la mujer? “Lala”.
Cuenta también que su madre y ella se hicieron grandes amigas, al poco tiempo nació Josefina y le otorgaron el madrinazgo. Con “Lala” tiene una relación especial, no es solo su madrina, “Lala es lo mejor que hay, en todo aspecto, es mi figura materna, es quien me enseño todo en la adolescencia, me enseño mucho. Ella siempre esta presente, siempre me escribe, en la mudanza me ayudó con todo, cuando estoy mal se da cuenta enseguida. No hablo todos los días, pero sí casi todos los días, la amo demasiado”.
De no saber tirar, a ser MVP
Cuando vemos a Josefina vemos la #45, pero no fue su única casaca, también vistió la 8, la 21 y la 13. Pero fue con la #45 con la que hizo historia en el básquet femenino, saliendo bicampeona con Defensor Sporting y culminando como MVP de la temporada en el último torneo.
“La 45 la elegí por Donovan Mitchell, jugador de los Utah Jazz en la NBA. Ahora, no lo sigo demasiado, fue un momento donde me re gustaba ver NBA, llegaba de entrenar y como no me tenía que levantar tan temprano miraba los partidos de las 00:00.
Y ahora es como que me re identifico con el 45, hay gente que no sabe mi nombre y me dice “vos sos la 45”.
En Defensor, no fue todo color de rosas, la final perdida en el 2019 la hicieron madurar, a ella y a todo el equipo. El proceso liderado por Gino Alderete dio sus frutos, consiguiendo el bicampeonato 2020 y 2021.
“Siempre nos planteamos un objetivo más, la primera final la perdimos 2 a 0, en el 2019 perdimos 2 a 1, luego pudimos ganarla. La cultura de la practica siempre fue mejorando, nunca se mantuvo igual, siempre a mejor”.
Cuando terminó la temporada se llevó una sorpresa, ser la jugadora nacional más valiosa, “no me esperaba ser MVP, tuve una temporada un poco irregular, pero siempre intente dar lo mejor, creo que cuando tuve que aparecer lo hice, y otra cosa fue que cuando tuve presión en vez de achicarme la abracé, es una frase de Gino “Abracen la presión”.
Y agregó que “Yo soy una jugadora de equipo, no me sale buscar mis puntos, me gusta un juego mas colectivo, que me hayan dado el MVP es tremendo reconocimiento, de la manera que yo juego pude ser MVP es fundamental para seguir jugando para el equipo.
Esta temporada igual creo que va a ser mejor que la anterior, la experiencia también tiene sus cosas. Voy a empezar a probar cosas nuevas, en los momentos que pueda, porque solo en la práctica no se puede. Tengo la confianza de que voy a jugar mejor, si por ser MVP me marcan más entonces a una compañera la van a estar marcando menos”.
Aguada, Defensor y el bicampeonato
Antes de comenzar la temporada 2021, Aguada estuvo en contacto con Josefina para ofrecerle un contrato y que vistiera la casaca “rojiverde”, a pesar de que las conversaciones fueron buenas, la jugadora prefirió quedarse en Defensor.
“La verdad es que lo pensé, cuando Aguada me planteo irme yo hablé en Defensor y dije “me están ofreciendo esto, y para mi es algo muy bueno” y ahí fue cuando Defensor Sporting apuró las cosas para hacernos contratos a todas las jugadoras mayores, ya se venía hablando, pero se apuraron las cosas”.
Defensor se consagró bicampeón de LFB tras vencer a Hebraica Macabi en las finales, pero, hubo un minuto de tiempo en la final consagratoria que cambió al equipo. “Nosotras veníamos mal, Gino pidió minuto de tiempo y nos dijo que “No dependía del rival, sino de nosotras mismas”. Luego de eso, el equipo entró en sintonía y pudimos llevarnos el partido”.
Y sobre el público agregó que “Cuando la gente de Defensor empezó a cantar me ericé, sentís un orgullo, por vos, por tus compañeras, por todo. Me encanta que vaya el público”.
La Selección Uruguaya
Josefina aún no pudo integrar un plantel en disciplina 5×5 con la “celeste” aunque sueña con hacerlo. Lo que sí pudo fue defender a la Selección en la disciplina 3×3.
“Vestir esa remera es un orgullo, verla con mi número y con mi nombre era re lindo. Viajar con una delegación esta demás, aparte a Cali (Colombia) viajamos con otras delegaciones, fue algo especial”.
A pesar de todo reconoce que el nivel internacional es muy alto y que aún le cuesta cambiar el chip, también agrega que como interna no tiene tantas ventajas en lo internacional. Se toma unos segundos para responder y agrega “ojalá me dieran la oportunidad de en algún momento poder abrirme y no jugar como interna, estoy entrenando mucho el tiro de tres, estoy embocando más, pero me falta todavía”.
Entre mates, risas y sueños, culminamos la entrevista con Josefina luego de casi 2 horas de una enriquecedora y sincera charla.
Si se están preguntando que pasó con su padre, yo también lo hice, por eso les comparto el final de esta nota, “Hoy en día no tengo relación con él y no quiero tenerla, sé que ya está libre, se dónde frecuenta, aunque intento estar un poco lejos”.
Hermosa y merecida nota a quien realiza tanto esfuerzo por superarse y por lograr lo colectivo en su equipo. Felicitaciines!!!
Hermosa nota. Resiliente Josefina! Conozco a su madrina y me consta que es una excelente persona y siempre estará a su lado y de sus hermanos.
A seguir cosechando triunfos!!!
La mejor capitana del mundo
Orgullo para DSC