El pasado domingo, domingo que era a su vez el día de la madre, en las gradas de la cancha de Yale nos llamó la atención un pequeño espectador que seguía atentamente el encuentro. Su madre, Sylvie Bouissa, se encontraba dentro de la cancha defendiendo la camiseta de Remeros.
«Tenía claro que quería seguir entrenando»
Philippe de seis meses y medio, seguía atentamente el partido de su madre, jugadora de Remeros. Tras el encuentro Sylvie nos relata cómo se encuentra tras el paráte por su maternidad y como conlleva este doble rol, ser mamá y jugadora de básquet.
«A nivel personal fue bastante bien ya que continue entrenando la parte física prácticamente hasta el último mes de embarazo. Obviamente que a un nivel de intensidad súper diferente al que estaba acostumbrada y por momentos esa intensidad o adrenalina por así llamarle se extrañaba…
Pero desde el día que me enteré que estaba embarazada tenía claro y en mente mantenerme lo mejor posible ya que sin duda quería seguir entrenando basket luego de tener al bebé».
«Pensé que iba a ser más rápido»
En una liga que es cada días más alta en cuánto a nivel deportivo, la maternidad es algo que cuesta combinar y poco a poco se posterga, sobre este tema Sylvie nos deja su postura.
«No diría postergar sino que no me planteaba ser mamá. Desde que la liga se volvió más seria y el nivel de entrenamiento aumento y mejoró no estaba en mis planes ser mamá, ya que disfrutaba a full tener tantos días y horas de entreno. Y entrenaba con el fin de mejorar cada día y de que mi equipo esté en el nivel más alto.
Para poder seguir y que no cueste tanto me ocupé de continuar con el ejercicio físico durante el embarazo, ya con miras de volver a las canchas… Pensé que iba a ser más rápido pero al tener parto por cesárea es un poco más lento.
«Tener un bebé lo cambia todo»

Me dieron el alta al mes de haber nacido Philippe y ahí comencé con la recuperación, bastante específico y cuidado. Creo que ya a los dos meses y medio de Philippe entré a la cancha a entrenar (también con baja intensidad ya que estaba más bien probando) y fue con el equipo que entreno acá de la Unión de Veteranos de Basket.
Ya al tercer mes estaba entrenando normal con ellas y en el lugar que entreno la parte física ya pasé a entrenar normal también. En las primeras semanas de marzo fue mi primer partido amistoso con el equipo de la Unión vs Urunday.
Obviamente que a nivel físico aún al día de hoy siento que me falta un montón para estar al nivel que estaba previamente a quedar embarazad, pero bueno es algo que tuve que entender, que va a llevar tiempo ya que no tengo todo el tiempo después del trabajo libre. Tener un bebé lo cambia todo y más cuando las noches se complican por demás…
«No pensaba jugar la Liga»
Lo mismo en cuanto a nivel basket. Mi cabeza va 100 veces más adelante de lo que mi cuerpo ejecuta, pero bueno ya volveremos es cuestión de tiempo y ser constante.
En un principio no pensaba jugar la Liga ya que los tiempos son super diferentes con un bebé, y acá compaginar trabajo, bebé, casa y entrenamiento es bastante complicado si pienso en tener la misma responsabilidad que tenía antes para con el equipo.
Pero bueno desde Remeros me comentaron de como estaba el equipo, que eran un montón de «nenas» chicas (como les digo yo por ser chicas) y que había muy pocas fichas mayores y me plantearon unirme al equipo, para tener un rol más de referente (por la experiencia en la Liga que tengo).
Al principio no quería aceptar por el hecho de que era imposible presenciar todos los entrenamientos, pero a ellos les servía que yo me moviera acá en la Unión y que hiciera la parte física acá y que fuera allá algún fin de semana. Y bueno al final decidí por unirme al equipo y dar una mano desde donde puedo.
La reflexión final
Para cerrar con esta nota, le pedimos a Sylvie que nos deje una reflexión sobre el doble rol que cumple entre la maternidad y la jugadora.
«Tal vez resaltar el hecho de que cambia un montón ser jugadora de la Liga siendo mamá. Al menos teniendo un bebé tan chiquito ya que no disponemos de un montón de tiempo para dedicar a los entrenamientos y a mejorar a nivel físico, basketbolistico y haciendo grupo con el equipo (como cuando no tenemos hijos).
La energía es otra ya que hay veces que toca entrenar o jugar partidos con pocas horas de sueño ya que las madrugadas a veces se complican un montón y que también hay que hacer algunas maniobras por el hecho de estar amamantando, extracciones, amamantar, etc.
Es algo que nunca me puse a pensar anteriormente, tal vez por no tener algún caso cercano de alguien que haya jugado campeonato poco después de tener un bebé…