La lluvia no cesaba, el temporal de Santa Rosa anunciaba su llegada, con la libreta en la mano yo viajaba sentado en la línea 199 con destino Punta Carretas. En los auriculares sonaba Cultura Profética. Era miércoles por la tarde, mi destino era el Mercado Siam, allí se encuentra South Philly, el restó de Pablo, un viejo amigo. Al llegar paré la música, miré a mi alrededor y me acomodé, a los pocos minutos llegaba mi invitado, Matias Gallo.
Sentados en dos bancos altos, apoyados en una barra muy cómoda y con el calor de una estufa halógena tipo hongo se dio la charla, de fondo sonaba una música suave mientras que las luces eran tenues.
Enfrentando adversidades
Matias, “Coco” como le gusta que lo llamen, es nacido en Montevideo, a los 5 años se fue, junto a sus padres, a vivir a la ciudad de Fray Bentos, donde cuenta que, casi que al llegar, sus padres se divorciaron, “tuve una infancia muy inestable, creo que viene de ahí el tema de la reflexión, me mude 14 veces en esos años, la escuela fue siempre la misma, pero la casa no”.
Su madre, gran pilar en su niñez, no la tuvo fácil, “Para que entiendas porqué mi vieja es la persona más importante de mi vida, mi vieja nos veía comer, y decía no tengo hambre mientras esperaba ver si quedaba algo.
De niño no, pero de grande me fui dando cuenta, agarraba cualquier emprendimiento que surgiera, se colgaba cuatro fundas de escobas en la motito y salía a repartir. Esas imágenes me quedan bien guardadas.
Mi vieja tiene un carácter muy muy fuerte, no la hagas enojar, hoy me pasa, prefiero callarme a hacerla enojar. Es una mujer hermosa, increíble, todo el mundo la ama, pero con mucho respeto. Hoy es gerenta en CONAPROLE, creció un montón, la luchó un montón, la pasó mal, y hoy por suerte está muy tranquila, acaba de comprar un terreno para construir su casa”.
Entre jugador y técnico
Con 16 años Matias viajó a Montevideo a jugar en Trouville, al año siguiente fue a Bohemios, y en su segundo año allí se lesionó la rodilla, “Ahí me fui a Fray Bentos a hacer la recuperación y ya me quedé jugando allá y fue cuando empecé con mini básquet. Me gustaba entrenarme a mí, y cuando vi que podía proyectar eso en lo niños y enseñarle ese tipo de cosas, me sentí muy bien. Mi juego siempre fui muy representado por las habilidades.
Tenía mini bísquet, pre mini y mini en Anastasia, pegué buen feeling con las peques y empezamos a sumar cada vez más chiquilinas. En ese momento no había ninguna categoría femenina en el club.
Cuando vi que había una linda cantidad de chiquilinas y además increíblemente eran las que más condiciones tenían en el mixto, así empezamos con un turno de femenino, hicimos amistosos con Nacional y torneos colegiales.
Para terminar de darle forma organicé un Torneo Nacional de Mini Básquet que fue Malvín, Paysandú, Soriano, Plaza Colonia y varios equipos más. Fue el primer torneo de mini básquet, al menos lo que pude averiguar, y fue con tanteador, jueces, transmitido por YouTube, fue increíble.
Creo que el mini básquet es el momento, si vos querés generar una estructura hacia la competencia internacional, ahí es donde tenes que apuntar”.
Una huella en cada lugar
Su forma de ser ha permitido que deje una huella en cada lugar al que va, es así que le han regalado cuadros firmados, camisetas, momentos mágicos, “Me han demostrado cariño donde he ido, tiene que ver con mi manera de involucrarme, con mi manera de comunicarme con las chiquilinas. Es amateur y yo me lo tomo con algo profesional, no soy un entrenador que solo va y prepara la clase.
Yo soy como soy también con los niños, los trato como adultos, en el sentido de brindarles confianza. Tiene que ver con el vínculo emocional que uno genera, cuando uno ayuda a otro el chiquilín de alguna manera te lo agradece. Yo siempre me involucre muy bien con todos, con el que juega al básquet buscando ser profesional y con el que lo hace de manera social, siempre al 100%”.
Pero en Anastasia pasó algo más, algo que lo marco para siempre, “En Anastasia me pasó que yo atravesé un momento muy complicado de salud, y los niños, niñas y sus padres tuvieron un enorme, enorme gesto conmigo. En un momento muy complicado, eso me marcó a fuego a mí también e hizo que el vínculo se fortaleciera aún más”.
Una piña de la vida
No todo es color de rosas en la vida, y Matias de esto sabe muy bien, 3 años atrás le tocó atravesar uno de los peores momentos que uno puede vivir, le tocó enterarse que tenía cáncer, testicular para ser exactos.
Y como todas las veces, le puso el pecho a las malas.
“Estaba en Argentina, un día en la ducha, me palpé y sentí que tenía algo y que era algo malo, no pude ir en el momento porque estaba en Argentina, pero cuando llegué a Uruguay enseguida fui corriendo a ver médico. Fue todo medio milagroso, porque los estudios después mostraban que era el tumor más agresivo que podía tener. Fui al médico, me querían dar turno para 3 semanas después, y dije no, fui y le golpeé la puerta al oncólogo. Y le dije, tengo esto y tengo miedo, me tocó y me vio y me dijo “vamos mañana a hacer un estudio porque no lo veo bien”. Fui me hice los estudios, salió que era maligno, después operación y recuperación y la vida siguió.
Fue un piñe que me dio la vida, me hizo madurar 100%, aprendí las cosas que no aprendí ni en la universidad ni en la cancha, de eso que te digo, de no hacer planes, abrazar la incertidumbre. Yo creo que lo que más stress le genera al ser humano es la incertidumbre, desde que voy a hacer en 2 años hasta que voy a cenar esta noche, todo es incertidumbre, entonces aprender de eso, que la vida es así y que hay que caminarla así. Yo todo el tiempo buscaba certezas y creo que era el error que cometía. Entendí que no hay, y desde ahí estoy más tranquilo”.
El proceso del aprendizaje
A pesar de no ser psicólogo ni haber estudiado nunca esa carrera, si admite que la hubiera querido hacer pero que el basquetbol le ganó al estudio. Pero, de igual manera, su rol como entrenador pasa también por el rol como psicólogo. El saber escuchar y aprender de las personas correctas lo han llevado por el buen camino.
“He elegido de quien aprender, tuve una influencia muy grande de Pablo Viera, trabajamos juntos en Anastasia varios años, es un tipo muy, muy inteligente y capaz, y tiene la formación de Pablo López. Y Pablo es un árbol que tiró raíces para todos lados. Hoy no tengo relación, pero siempre lo digo que realmente me influenció. Mi viejo también por la manera de comunicar, pero no tengo esa formación de psicólogo, pero siempre me gustó intentar ponerme en el lugar del otro, ser empático.
Esto puede sonar un poco soberbio, pero yo no tengo ningún talento, si juego al básquetbol o soy entrenador es porque me rompí entrenando, pero el único talento que si tengo es la reflexión. Soy un tipo muy muy extremadamente reflexivo.
En el momento, en el después, yo creo que la vida es “el golpe, dolor, reflexión, aprendizaje” y la mayoría de la gente se saltea la reflexión y no llega al aprendizaje. Esa etapa de reflexión es la más importante de todas. Las cosas te van a pasar, lo que sea, pero hay que aprender algo de eso”.
La capital y un adiós especial
Coco volvió a Montevideo para jugar “El Metro” en Miramar en el 2018, al año siguiente salieron campeones del torneo posteó un foto con la copa y la leyenda “Abuelo, somos campeones”.
Su abuelo no era hincha de Miramar, pero si era hincha de su nieto, nieto al cuál vio muy poco durante gran parte de su vida, pero, con Matias en Montevideo pudo aprovecharlo más. Fue en esa época, justo en el momento que la relación comenzaba a ser fuerte que la vida le dio otro golpe, su abuelo falleció de un paro cardíaco. Otra vez, el golpe, dolor, reflexión y aprendizaje, otra vez un golpe.
Entre libros y lápices
El poco tiempo libre que le queda entre tantas actividades lo aprovecha para leer, entre sus libros se pueden ver escritores como Gabriel Rolón, Albert Espinosa y Bucay.
Espinosa es su escritor favorito, “su maestro de vida” como lo define el propio Gallo quien, además, también escribe.
“Escribo desde la adolescencia, siempre me gustó, me gusta escuchar escritores, filósofos, psicólogos, subirlo desde hace poco. Me animé un día, no recuerdo ni por qué, pero tuvo tan buena devolución y comentarios que lo seguí haciendo. Lo hago como un hobby, escribo cuando tengo momentos emocionales muy altos o muy bajos, cuando tengo alguna reflexión comienzo por ahí e invento alguna historia”.
La academia, un mundo de sorpresas
En marzo del año 2019 aparece el primer video en Instagram de Matias enseñando un ejercicio de básquetbol, así comenzaba el sueño que hoy es realidad, una academia de básquetbol.
“Fue una locura, me pasa a mí ahora, miro para atrás y GUAU. En esto está relacionado el “tincho” Martin Andrade, porque yo me vengo a jugar con él a Miramar, y nos vinimos a vivir juntos para iniciar con este emprendimiento. Pero el emprendimiento tuviera que ver con algo deportivo y no digital. En ese momento lo subimos porque había que subirlo.
El impacto que tuvo creo que tiene que ver con la forma de trabajar porque fue muy muy rápido y muy potente. Fue una bola de nieve de seguidores y todavía no caigo, porque como yo digo, soy entrenador, no influencer.
Nosotros teníamos noción de este modelo que es americano, pero no esperábamos tanta repercusión”.
Pero la academia no queda ahí y el sueño fue tomando forma, “Si bien no he podido hacerlo como quiero, mi sueño es recorrer el mundo con la academia, hacer campus, tenía el primero en Argentina, pero con la pandemia cancelamos todo. Ahora tengo uno en Estados Unidos, mi idea es poder ir, poder conectarme cara a cara y conocer culturas, más allá de la técnica individual.
Hoy además tengo un curso online, que uno compra y tiene capítulos, y lo han comprado hasta desde Turquía, de cualquier lugar del mundo. He tenido tremendas devoluciones, me ha sorprendido por ejemplo que lo han comprado jugadores profesionales de Uruguay y de Argentina, y eso es hiper positivo”.
Un celular apagado
Al contrario de lo que uno podría pensar con tanta cantidad de seguidores, Coco no se aturde con el número, y esto lo demuestra a diario y con un simple acto. En su celular, no tiene notificaciones.
Entiende lo necesario del celular, pero piensa que “creo que es algo que te saca de foco, si vos estas planificando algo y te suena el celular te saca del foco de lo que estás haciendo. Lo uso cuando voy a trabajar y demás pero no estoy pendiente del mismo”.
Si lo ve necesario a la hora de comunicar, algo clave en su vida, “es clave en la vida la manera que uno comunica. Le presto mucha atención en las redes sociales a eso, también al impacto emocional. Hay varios videos que buscan tocar otra fibra y no solo lo deportivo, y creo que eso es algo que te queda marcado”.
Bohemios, un llamado inesperado
En el 2020 sucedió algo inesperado, un llamado importante, de un club importante, “Bohemios no estaba en mis planes. Mismo no era algo que yo quería, yo la pasé muy bien en Anastasia, pero los clubes tienen algo que es que están dentro de un sistema. Dentro de ese sistema están los dirigentes, está la federación, están los padres, es un sistema que genera mucho stress y que te pone límites, te pone un techo. Vos si estás dentro de ese sistema, estás dentro de una cultura. Una cultura en la que yo no encajo en algunas cosas. Ejemplo, en el tema de la competencia, la formación. En vez de alinear la competencia con la formación es la competencia vs la formación.
Mi vida va por el lado de la formación, creo que es mucho más nutritiva que la competencia, vos con la formación podes cambiar una vida, con la competencia no. Yo salí campeón de cadetes, juveniles, metro y no te cambia nada, es un rato de alegría y ya está.
En Bohemios me pasó, cuando yo llegué los padres de las u19 solo querían ser campeones. La propuesta la tomé por varios motivos. Primero por lo económico, la propuesta era muy buena, es un club impresionante en Uruguay, yo agarré en el peor momento del club, pero el club, la infraestructura es tremendo, había cosas que tentaban para tomar la propuesta.
Igualmente, antes de tomar yo puse algunas condiciones que el club siempre me respetó, hasta en momento críticos con algunos padres, el club siempre me apoyó. Las condiciones eran básicamente que el foco sea en la formación. En primera también era la formación, pero si querían ganar que también presentaran algo para eso, por eso el club en su momento trajo a Celia (Fiorotto). Y después bueno, el hecho de que me presentaron algo que el siguiente año yo iba a tener más categorías y demás, no me arrepiento porque eso viene sucediendo y está muy bueno”.
Formar y competir
“La idea es siempre la formación, las chiquilinas lo saben, nosotros entrenamos 2 horas por día, de las cuales 1 hora 20 es técnica y táctica individual. Hoy por hoy las chiquilinas están totalmente de acuerdo y nos gusta a todos. Nuestro objetivo a largo plazo es que Pierina juegue en el exterior y lo haga de buena forma, Magui (Magdalena Machuca) en su momento también.
Nuestro objetivo es reclutar, estamos muy cortos de jugadoras en este momento, muy cortos, pero es algo que tiene que ver con la situación que atraviesa el club. Que nosotros hayamos podido sobrevivir esta etapa creo que es muy valorable, que el femenino siga existiendo es muy buena y además sigue compitiendo.
Yo trabajé gratis durante meses, pero no importa porque mi compromiso era con el equipo, con las chiquilinas, pero la verdad es que la situación es realmente crítica. Ayudante técnico es un amigo, el profe también, que me dan una mano.
En la definición del año pasado nunca pudimos entrenar, nos juntábamos y fuimos a los partidos para cerrar el año, nos presentamos para no generarle otro mal al club, porque si vos no competís le generas un mal.
El año pasado perdimos las semis en la cancha abierta y de ahí nos fuimos a festejar que habíamos estado todos juntos de nuevo, no es festejar la derrota, sino entender el contexto que estamos atravesando.
Ahora, cuando vos jugas querés salir campeón siempre, pero no es por ahí el camino. Yo estoy trabajando hace 2 años para que Pierina pueda salir al exterior, recién tiene 17 años y ya tuvo oportunidades para irse, no las ha tomado. Este año se quiso quedar, por pila de cosas, por la familia, por sus compañeras, ella es muy de Bohemios, entonces no se ha querido ir.
El crecimiento de Pierina ha sido enorme, hoy en día es una pieza fundamental en el equipo, yo se lo dije a ella, mientras no te agrandes vos vas a ser la mejor, y lo pienso eh, no tengo problema en decirlo.
Y mirá que cuando yo llegué nos llevábamos muy mal con Pierina, nos sacábamos chispas, un día tuvimos una charla durísima, seria, donde yo dije cosas sobre su futuro que a ella le dolieron pero que eran verdad y a partir de ahí comenzó mucho mejor”.
Un entrenador con sueños
Como cualquier profesional Matias tiene sueños, y, aunque aún no lo define, si sabe a lo que apuntar como tal. “Me veo generando una estructura en la academia que no dependa de mí, y yo lo tome como parte del camino pero que ocupe un 30% de mi vida. Que me sirva para seguir viajando y ayudando jugadores.
No soy de delegar, pero creo que podría ser una gran parte dedicarme a ser entrenador y en las vacaciones y con sistemas online la academia. Porque, como te dije, no planifico mucho por delante, pero si me encantaría ser entrenador principal en mayores profesional, ¿Uruguay? Me gustaría más lejos”.
El mundo es enorme para viajar solo, con su novia lo han hablado muchas veces, ella siempre dijo que lo va a acompañar en el camino, es por eso por lo que su idea es conocer el mundo, utilizar el básquet para crecer en ese sentido, e intentar influir, “desde que tuve cáncer me quedó eso, intentar influir en la gente, dejarles algo, que el día que no esté tengan una huella”.
¿Quién soy?
“Una persona que se ha hecho a través de las adversidades. Hiper reflexiva, es mi recurso mas fuerte la reflexión. Alguien que intenta ayudar siempre al que está al lado, sea el oficio que sea y la tarea que tenga, intento primer escuchar y después ayudar, pero desde mi lugar, darles mi perspectiva. Capaz que de las 10 cosas que le decís 1 le cambia algo y lo ayuda.
Y después un apasionado del deporte, del basquetbol, a quien le eh entregado mi vida y se la voy a seguir entregando, en casa prendes la tele y hay básquetbol siempre. Soy un apasionado 100% del básquetbol. Intento ser una persona sencilla, tener los pies sobre la tierra siempre”.
Y como mensaje de vida comparte su más profundo pensamiento “Que la gente sea ética con la vida, eso. Si vos sos ético con la vida, la vida es ética con uno, es mi regla, eso del todo vuelve. Si todos hiciéramos eso creo que el mundo estuviera muchísimo mejor. A mí la ética me permite acostarme, apoyar la cabeza en la almohada y estar 100% tranquilo, mas allá de las circunstancias del día, me voy a dormir tranquilo”.