¿Qué básquetbol femenino queremos?

Quedar afuera del Sudamericano perdiendo contra Bolivia desencadenó una ola de críticas y opiniones, con y sin fundamento, igual que pasa siempre que algo se hace “masivo” ya sea por lo positivo o por lo negativo. Luego de unos días y en este breve descargo, pasaré a dar mi visión general, sin ser ni querer ser la verdad de la verdad.

Pero primero, ¿era ilógico pensar que podíamos perder contra Bolivia? No, a mi entender. ¿Era ilógico pensar que podíamos ganar? Tampoco.


Uruguay fue una de las selecciones que más tarde comenzó a entrenar y prepararse para este torneo, y esto se vió reflejado en el partido. El plantel contó con 7 de 12 jugadoras del medio local, pero no hubo jornadas previas como se podría haber hecho con una preselección, la única lista fue con las 12 definidas más 2 invitadas. No pongamos nombres para no generar malentendidos, pero estoy seguro que varias jugadoras locales podrían haber tenido la oportunidad real de mostrarse en una preselección, también de ver cómo funcionaban unas con otras, y otras con unas.

El nivel individual mostrado por las jugadoras que representaron a la selección fue bueno, en algunos casos hasta superior a lo esperado, no es ahí donde se falla, sino en el tiempo de trabajo colectivo como punto más importante.

¿CRECIMIENTO?

¿La selección es un reflejo de la liga local? En parte, parece serlo. Y no, no todo es malo, tampoco todo es bueno.

Es cierto que la LFB ha tenido avances varios a lo largo de los años, pero sinceramente, me parece que últimamente viene en caída y si esto no cambia, costará mucho volver a levantar vuelo. Dejemos de lado por un momento las inversiones que hacen los cuadros que lideran anualmente la tabla Malvín, Defensor Sporting, Aguada. Y concentrémonos en la LFB como un producto en sí.

Las estadísticas en todos los partidos llegó hace 4 temporadas (si no me falla la memoria), pero también había llegado poco a poco el streaming de algunos partidos. Primero fueron los que se disputaban en Mercedes, luego se intentó hacer en partidos donde se disputaban los primeros puestos, hasta se llegó a mencionar la idea de tener un partido con stream por fin de semana.

En lo que va de esta temporada, se han disputado 95 partidos en total, entre fase clasificatoria, y ruedas por copa de oro y plata. ¿Saben cuántos partidos se pudieron ver por stream oficial? Cero. Y eso, aunque parezca ser un mal menor, no lo es. La visibilidad abre puertas, genera mayor relevancia, porque lo que no se ve, da la sensación de que no sucede. Y sí sucede.

El stream también genera mayores ingresos, porque, aunque se logre hacer por vías oficiales pero sin ingresos para los clubes, acercas público nuevo, con el público nuevo acercás más gente a la cancha, por lo que también acercás más gente a los stream. Y que lográs con esto, acercar más marcas. Mayor ingresos = mayor inversión. Mayor inversión = mejor torneo o al menos, más posibilidades de equiparar inversiones.

DISMINUCIÓN DEL AFORO

Este año, además, ha disminuido el aforo del público a los partidos, y esto se debe a varios factores.

En primer punto, la poca visibilidad del torneo. En segundo punto (y ojo que esto lo votan los clubes), las formativas pasaron a pagar entrada igual que un adulto, ya que no existe descuento para las formativas. Las jugadoras que disputan LFB tampoco tienen descuento en las entradas para el torneo. Esto genera que las propias compañeras dejen de asistir a otros partidos, porque recordemos, la mayor cantidad de las jugadoras del torneo no cobran. Y ojo, entiendo perfectamente que el aforo en determinados estadios es muy acotado, pero si tenemos tribunas con espacio libre en todos los partidos, es hora de reveer algunas cuestiones.

El horario es otro punto que ha costado bastante este año, y, a pesar de intentar que los partidos se disputen entre las 19 y las 21 hrs, hemos tenido partido a las 22hrs en pleno invierno, también pasa mucho por los clubes, y el ¿lugar? que tiene la rama femenina.

Otro punto que me parece importante analizar en cuanto a la organización de la LFB, es que la máxima autoridad y junto a ella las personas que la acompañan, trabajan honorariamente por el torneo. Entonces, ¿se pueden hacer verdaderos cambios cuando desde el máximo organismo (Léase Federación Uruguaya de Básquetbol) no hay un presupuesto destinado para quienes trabajan en su crecimiento?…

¿QUÉ BÁSQUETBOL FEMENINO QUEREMOS?

Y ahí doy el paso a la reflexión general, ¿qué básquetbol femenino queremos?, ¿a qué básquetbol femenino apuntamos? ¿Es real el crecimiento del básquetbol femenino, o es crecimiento individual en algunos clubes?, ¿Hay un plan de trabajo real y con un objetivo en conjunto (FUBB, clubes, selección) o seguiremos como si nada pasa?, ¿A las autoridades realmente les interesa el crecimiento del básquetbol en su rama femenina?…

Como éstos, hay varios puntos para analizar. Hace unos días leí una frase que me pareció adecuada para el momento, no va a pasar nada porque igual, no pasa nada.

Las y los invitamos a dejar sus comentarios en este artículo, serán leídos y análizados para una futura postura con respecto a estos temas y otros temas en ésta columna de opinión.

2 comentarios sobre «¿Qué básquetbol femenino queremos?»

  1. La LFB viene en crecimiento, hace 10 años en básquet femenino prácticamente no existía. Cómo todo es un proceso largo, cada vez son más los equipos que crecen a nivel de formativas y ese crecimiento se va a ver dentro de 6 o 7 años en mayores.

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