La provincia de Santiago del Estero es el hogar de Asociación Atlética Quimsa, institución que desde 1989 viene escalando en la montaña del basquetbol argentino.
La Fusión es el último campeón de la Liga Femenina de Basquetbol siendo fuerte en su trinchera: el Estadio Ciudad, lugar donde gano todos los partidos que disputó. Fuera de casa Quimsa se impuso en tres de cuatro partidos dejando una imagen muy por encima de la media.
El capitán del barco santiagueño es Mauricio “Pipío” Pedemonte, hombre que construyo los cimientos donde hoy día camina. De envidiable tiro, situándose entre los máximos anotadores de La Liga Argentina de Basquet, Pipío fue uno de los conductores de Quimsa hacia la máxima categoría del basquetbol en el año 2006. En la actualidad es el coach del equipo femenino del club.
En la temporada 2019 Quimsa tenía en sus filas un total de 12 jugadoras, de las cuales solamente 8 participaban en la rotación habitual del equipo. La formación inicial del fusionado contaba con una particularidad; casi todas las componentes del quinteto contaban con aires de selección, estas eran Luciana De La Barba (23), Fiorotto (6), Andrea Boquete (8) y Ledesma (15), a las mismas se le sumaba la cuota de calidad de la estadounidense Adijat Adamas (21) pieza clave del equipo. Por si esto fuera poco, el recambio del equipo también contaba con calidad absoluta, Julieta Mungo (11), Carosio (10) y la Colombiana Mabel Martinez (3) son parte del seleccionado de sus países.
Interiorizando en el juego podríamos decir que aquel Quimsa tenía dos fuertes; la ventaja y el recambio. Pipío Pedemonte contaba con jugadoras como Mungo, Boquete y Ledemesa las cuales llegado el caso podía postear según la defensa rival, si la misma era muy baja las situaba en poste alto y castigaba desde los 6,75. En el caso contrario Adijat Adams se adueñaba del poste bajo y distribuía el juego desde allí, siendo en varias ocasiones ella misma quien se hacía cargo del goleo del equipo aprovechando su superioridad física para con el rival.
Si hablamos de tácticas observamos que el equipo de Pipío muchas veces jugaba con una doble base tanto para el ataque como para la defensa, siendo este el tandem De La Barba – Carosio, dupla difícil de vencer defensivamente hablando y con gran proyección de juego en la ofensiva. Se puede observar en Quimsa un equipo que jugaba desde la defensa; con el tandem ya mencionado cubriendo la espalda a una Mabel Martinez con una performance floja de espaldas al aro pero que encontraba puntos sólidos y seguros desde el poste alto. En síntesis; si la defensa era eficaz el ataque funcionaba a la perfección.
El tandem se posicionaba en el alto, robaba el balón y se lanzaba al ataque encontrando el gol en la (21) o la (6). El equipo marcaba siempre en zona, utilizando en ocasiones el 2 – 1 – 2 para la contra rapida o simplemente variando el 2 – 3/ 3 – 2 según la altura del ataque rival. Presionando el ataque rival, el equipo obligaba a la base a trasladar el juego hacia el otro perfil de la cancha encontrando a Adams, Ledesma y en ocasiones Mungo las cuales anulaban y/o consumían los 24 segundos de ataque contrarios.
Bajo los postes el equipo encontraba seguridad con Adams la cual era captora de casi todos los rebotes del juego, aportando así gran cantidad de puntos y disminuyendo el porcentaje del goleo rival. En ataque el equipo aprovechaba dos cosas ya mencionadas; el poderío físico tanto en el perímetro como en el poste y la mano caliente de Fiorotto y la colombiana Martinez que maquillaba su flaqueza en defensa poniendo puntos determinantes para el equipo. Los lanzamientos de Andrea Boquete muchas veces fueron aire fresco en un equipo que por momentos le costaba ir al ataque y encontrar el gol.
La dupla que conformaba con Fiorotto se destacaba tanto en goleo como en dinamismo de juego, Quimsa era eso, un equipo dinámico, por la (8) y la (6) pasa el juego que distribuía con precisión Luciana De La Barba. En los momentos en los que el ataque se complicaba la solución pasaba por Adams; balón a la pintura y la misma resolvía por su cuenta o se aliaba con Boquete que castigaba desde el lado débil.
Ledesma fue una figura determinante en toda la cancha, fouleando cuando debía y colocando goles precisos cuando el equipo estaba flaco. Al igual que Mungo, la Toti mostró gran recorrido de cancha y firmeza a la hora de resolver situaciones complicadas cuando la defensa se venía a pique. Quimsa cuando mejor jugo fue cuando mejor defendió.
ANÁLISIS TÁCTICO: