Charlamos con Mariangel Santana, jugadora de Yale que tuvo, en su primera participación en la LFB, un crecimiento muy notorio, repasamos sus inicios, su emprendimiento hasta culminar con Yale.
Primeros pasos
Como acostumbramos en esta ronda de entrevistas nos fuimos para atrás en el tiempo; Mariángel nos contó un poquito de su infancia y la cercanía con el deporte: “Yo crecí en el Cerrito de la Victoria, mi infancia fue buena. Desde chica que hago deporte, a los 5 comencé a jugar Handball y luego a los 9 unas amigas de la escuela me invitaron a jugar al básquetbol en la plaza de deportes de barrio (Plaza 4). Siempre me gustaron los deportes, mi infancia fue hacer deportes”
Como pasa seguido llegó un momento en el cual hay que elegir: “Estuve un tiempo practicando los dos deportes, pero llegó un momento que me coincidían las prácticas y partidos, entonces tuve que elegir.”
Sobre sus primeros entrenamientos comentó que, “Al ya practicar handball, más o menos tenía idea de cómo picar la pelota y moverme, entonces después de unos meses, mi entrenador (el Yeru) me dijo para comenzar a practicar en un cuadro, Cordón.
Me acuerdo clarito de mi primera práctica.” La ausencia de formativas durante esos años conllevaba que las jugadoras jugaran con el masculino y/o en mayores, como Mariángel; “En cordón sólo había mayores, entonces yo jugaba con ellas. Y además desde premini hasta infantiles en el mixto.
Imagínate, chica y todavía nueva en el basket, al principio era frustrante no me pasaban nunca la pelota, hasta quise dejar de ir. Pero mi entrenador me convenció y bueno, seguí jugando los pocos minutos que me daban y de a poco fueron siendo más.
Me acuerdo que la primera vez que jugué un partido tiré para el aro contrario…por suerte la erré”
Mariangel Santana
Mas allá de la naranja
Actualmente Mariángel juega en Yale, estudia y tiene un lindo emprendimiento personal; “Estoy haciendo la UTU de deportes y también hago pulseras” Para los que gusten ver un poquito de lo que hace pasen por @pulseras_artesanalesuyen Instagram.
La UTU le dio otra manera de ver y pensar el deporte, esto siempre deja aprendizajes nuevos, “En el juego no tanto, pero sí en el conocimiento de varios aspectos, por ejemplo, gracias a la UTU aprendí (y sigo aprendiendo) cómo hay que cuidar el cuerpo y algunos factores que lo afectan, por ejemplo, te enseñan y explican por qué es tan importante la entrada en calor al comienzo de la práctica y el estiramiento al final de ella. En mi caso, antes sabía que había que hacerlas, pero no sabía qué eran tan importantes”
Yale como proyecto
Yale es un gran proyecto de barrio que comenzó con el femenino desde formativas, que se afianzó con varios años de trabajo y con Rodrigo Briñon del otro lado de la línea. El año pasado, a pesar de la pandemia fue la primera participación de la institución en la LFB. “Con el apoyo de las jugadoras y de Rodrigo pudimos presentarnos.”
“Yo llegué a Yale luego de que cambiaron al entrenador de Cordón, vinieron otros dos técnicos y cambiaron mucho las cosas para mal, entonces todas nos quisimos ir y el femenino se desarmó. Un día con una compañera íbamos a ir a jugar a una placita mientras su padre iba a hablar a Yale, no sé muy bien por qué y cómo la plaza estaba llena, fuimos con él.
Dio la casualidad de que en el momento que fuimos estaba practicando el femenino y entonces Rodrigo (el entrenador de Yale) nos dijo para practicar. Nos gustó, nos quedamos y además les dijimos a las de Cordón. Varias fuimos y nos quedamos, este es mi 4to año en Yale.” Ser parte de un grupo tan unido siempre es algo positivo, aunque ella dice, que: “Tenemos mucho que mejorar, pero de a poco se van viendo los logros”
En el 2020 dejaron una gran primera impresión durante todo el campeonato junto con una de las jugadoras más desnivelantes de la liga como ficha extranjera, Agustina García; “Fue una muy linda experiencia, ella una crá adentro y afuera.” Con su partida muchos pensamos que se iba a notar demasiado y que el nivel de Yale en la cancha iba a disminuir, pero no fue así, Mariángel Santana dio ese paso al frente y se transformó en la figura de su equipo, “
En realidad nunca pensé en que tuve que dar un paso al frente, ni nadie me lo pidió, simplemente jugamos y me parece que todas aportamos y tratamos de «llenar el espacio» que Agus dejó”
En cuanto a los objetivos del año; lo primero es seguir formando y apoyando el crecimiento de las chiquilinas del club con el mismo plantel del año pasado, esto sumado a la incorporación de María José de la Llana ponen a Yale como uno de los equipos interesantes del torneo, Mariángel nos cuenta que “Estamos bien, primero estamos tratando de formar completamente el plantel y luego vemos los objetivos”
Apuntando un poco más a la expansión del basket femenino ella dice “La forma de que eso cambie es que la gente empiece a ver básquet femenino, si así fuera tendría la misma demanda que el masculino y movería plata, es la única forma de que no paguemos para jugar” Para lograr este paso falta mucho apoyo, lograr que las jugadoras no tengan que pagar para jugar es trabajo de todos y no podemos escaparle a esto.
El triplazo
En la primera final de la LUB 2021 Mariángel Santana fue quién tiró y metió desde la mitad de la cancha “Nunca tiré, habré tirado 10 veces en los años que jugué, el mismo lunes practicamos y me dieron 5 veces para tirar” Aunque quizás por humildad se le olvidó mencionar el triple que metió vs Aguada para cerrar un cuarto luego que sonara la chicharra, ese no fue válido, pero este sí que valió.